Jueves 29 de abril de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Abstencionismo no; voto sí

La democracia representativa asienta en la voluntad popular que emite su preferencia para otorgar el mando a través de los votos, en comicios limpios, transparentes, donde el sufragio libremente emitido es honestamente escrutado.

Los escogidos por la voluntad del pueblo asumen la representación, deciden, legislan y ejecutan en su nombre, en el derrotero de materializar aspiraciones, deseos y esperanzas que repartan equidad, justicia, pan, felicidad y paz, en la sociedad.

Por tales motivos consignas negadoras del sufragio; los llamamientos al abstencionismo corresponden a posturas de irresponsabilidad social y política, que propone con estulticia que otros decidan, y escoge cual avestrúz o caracol social, esconderse; no dar la cara; no definirse, y propalar argumentaciones insustanciales, de oportunismo cómodo, de facilismo irresponsable.

En nuestro país, a escasas horas de producirse el acto popular de deferir el mando nacional en los comicios del domingo, pregoneros del abstencionismo se atreven a realizar públicos llamamientos para que no se sufrague, fundamentando tales llamados en una sensibilísima dermis política que disiente de todos y eleva sus pareceres a categorías de conducta general, cual erróneo imperativo kantiano.

Los que así proceden son ciudadanos incapaces de perder una hora de sueño, ni agotar esfuerzos por una causa social digna y trascendente; ellos viven refugiados en un profesionalismo aséptico, donde moran, reinan y dominan, y con sus preconceptos proponen al votante que renuncie a su herramienta transformadora y rechace determinar a quien se deberá entregar las riendas mandatorias del gobierno del estado.

Las cifras históricas de los registros electorales permiten percibir alrededor del setenta por ciento de los electores materializando el derecho democrático del voto; sin embargo, tales cantidades significan ausencia de más de trescientos mil votos de quienes podrían definir la balanza decisoria, dado los márgenes diferenciales que escasamente superan el cuatro por ciento, de acuerdo con los datos de las encuestas publicadas y circuladas en corrillos políticos.

Los llamamientos debemos hacerlos invitando a los panameños a concurrir temprano a votar y retornar al cierre para cuidar los sufragios emitidos, haciendo de la elección una fiesta cívica donde el país gane, y los valores de tolerancia, respeto a la libre emisión de ideas y opiniones, sirvan de guía en el camino de ascenso y dignidad que significa asentar en plenitud la democracia y la civilidad; realidad que descarta los presagios violentistas, los rumores de acomodos fraudulentos o el retorno a estadios de opresión y terror ya superados. Por esto, la divisa es votar, libres y temprano.

 
 

 

 



 

AYER GRAFICO
José Agustín Cajar Escala asume Presidencia del Sindicato de Periodistas de Panamá


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no conozco el significado de la palabra honestidad


OPINIONES




 

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | CRONICA ROJA | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.