Domingo 25 de abril de 1999

 








 

 

 


MENSAJE
Valore su cuerpo

Mensaje de Mons. Romulo Emiliani

Hay que valorar su cuerpo; su cuerpo es usted. Usted tiene alma, espíritu y cuerpo. Su cuerpo es parte suya y usted se comunica por medio de su cuerpo.

Dios lo hizo y lo dotó de un cuerpo maravilloso para vivir plenamente. Por lo tanto:

  • Debe aceptar su cuerpo, el cuerpo que Dios le dio. Evite complejos y no se compare con otros. Acéptese tal como es: bajo o alto, blanco o moreno. Acéptelo, pues es su realidad. Ame su cuerpo y así se amará a usted mismo.
  • Cuide su cuerpo. NO tiene otro, y sólo con este cuerpo puede vivir en la tierra. Aliméntelo bien, y cuídelo porque es posesión suya. Cuide su salud porque de eso depende su estadía en la tierra. Además usted debe saber que su cuerpo es templo del Espíritu Santo. En su cuerpo habita Dios. Usted es templo vivo del Espíritu Santo.
  • Todo vicio, mancha, profana su cuerpo. Evite caer en vicios como el licor, la droga o el sexo. Estos manchan su cuerpo y su alma.
  • Viva decentemente. Respétese a usted mismo.
  • Mantenga su cuerpo sano. Para eso contamos con la medicina. Mantenga su cuerpo sano y usted vivirá mejor y podrá servir más a Dios y a su prójimo.

Su cuerpo aloja al alma y al espíritu. ¿Se encuentra tenso, nervioso, cansado con los músculos de la nunca agarrotados? Todo esto influye en la mente y el espíritu, y todo es ocasionado por no saber descansar y relajarnos físicamente. ¿Quiere descansar? ¿Quiere sentirse mejor? Lo invito a hacerlo.

Siéntese en una silla y ponga sus pies en el suelo, con naturalidad. Cierre los ojos, descanse profundamente e imagínese que usted pesa 200 kilos. Está muy pesado y este enorme peso de su cuerpo descansa sobre la silla. Usted no hace nada por detenerlo. Respire hondo y lentamente. Levante su brazo derecho encima de su cabeza no haga fuerza. Déjelo caer lentamente arriba de su rodilla derecha. Está muy pesado, déjelo caer. Hágalo tres veces. Haga lo mismo con el brazo izquierdo sobre la rodilla izquierda. Está usted respirando hondo y profundamente. Bote el aire y vacíe los pulmones; llénelos y vacíelos nuevamente. Deje caer la cabeza hacia adelante, como si sus músculos no tuvieran fuerza. Relaje los músculos del rostro.

Luego de 5 minutos de este ejercicio levántese, camine un poco, abra sus ojos con calma, sonría y verá como se siente mejor. Hemos unido la oración y la fe a las técnicas de relajamiento físico. Usted lo puede hacer varias veces al día. Recuerde que del relajamiento viene la energía. Todo esto unido con una buena dieta, ejercicios físicos adecuados a la edad, y una mente positiva le ayudará a curar muchas dolencias .

 


 

 

PUESTA EN ESCENA
Política - Espectáculo

CRIMENES FAMOSOS
Violencia repentina

CONSULTORIO MEDICO
Tratamiento con láser

REFLECTOR
Sinvergüenzuras

 

PORTADA | NACIONALES | RELATOS | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | CRONICA ROJA | EDICION DE HOY | EDICIONES ANTERIORES


 

 Copyright 1995-1999, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.