En la escuela me enseñaron que "Panamá era un crisol (mosaico) de razas. Eso se debe a su "posición de tránsito", y ser el sitio más delgado en América Latina.
Obras como la construcción del Ferrocarril y los canales francés y estadounidense trajeron muchos extranjeros.
Añada los miles de europeos que vinieron buscando "un mejor lugar bajo el sol". Tenían deseos de "hacerse la América en Panamá".
Por eso había un refrán popular que decía que nosotros "los que no tenemos de Dingo, tenemos de Mandingo".
Alguien me dio una explicación sobre esas palabras. Eran nombres de tribus africanas, desde donde llegaron muchos a estas tierras.
En eso pensaba el otro día, cuando me enteré que en el próximo Censo piensan preguntarle a las personas si tienen algo de negro.
Explicaron que por solicitud de asociaciones negras, se introdujo esta pregunta para conocer la intensidad de esa raza en los panameños.
Si esto es así, de partida digo que "me negaré a contestar esa pregunta." La considero de tinte racista, discriminatoria y "vidajena".
¿Para qué quieren saber si por mis venas corre algo de negro? ¿Por qué no pregunta sobre otras razas y pueblos, como chinos, italianos, españoles, indios, etc?
En una clase de último año de Periodismo, pregunté quiénes eran indígenas. Advertí que ellos son los verdaderos panameños. Los demás descendemos de gente de afuera.
El silencio fue total. De casi treinta alumnos... ¡ninguno tenía sangre indígena por sus venas! ¡No eran panameños cien por ciento!
Afianzando mis razonamientos les hablé del ADN y hasta el Genoma, como instrumentos para conocer científicamente quiénes y cómo eran nuestros "ancestros".
Indiqué que muchos no conocemos a los abuelos y menos a los ta-ta-rabuelos. Por eso no podemos afirmar si tenemos o no algo de negro en nuestras venas.
No sé si habrá otras razones de mayor peso, para que el Censo trate de averiguar esa mezcolanza racial que tenemos en Panamá y en otros países de América y el mundo.
Hubo un cruce de ideas con la participación de los estudiantes, algunos de los cuales no sabían del Censo y menos de esa pregunta.
Cómo me gusta "dramatizar" a veces mis clases, mirando a una estudiante que estaba callada, le pregunté en voz alta:
¿Usted sabe quién fue su ta-ta-ta-ta-ra-abuelo?
Con voz serena respondió de inmediato: Sí, bajó de los árboles".
Una risa general puso fin a esa clase...