A pesar de que papá ha amenazado con cortar la línea telefónica de la casa por el excesivo consumo en el hogar, los jovencitos no les interesa, más por el contrario, andan inventando para ver de qué manera siguen haciendo las tareas desde el teléfono de la casa.
El tiempo de los B/.10.50, que el cliente pagaba en el período de la compañía estatal, ha pasado a la historia hace cuatro años. El minuto cuesta. Esto parece que la gente de casa y de algunas empresas públicas y privadas no entienden. Ahora hay que pagar por cada llamada, más el cargo fijo, sin embargo la actitud de miles de panameños no ha cambiado aún.
El sentido del ahorro en países como el nuestro es sólo cuestión de definición. Todos sabemos que ahorrar es, según la Real Academia de la Lengua Española, es "guardar dinero como previsión para necesidades futuras" o "evitar un gasto o consumo mayor".
En Panamá casi nadie aplica los conceptos y por eso se detectan que gran cantidad de hogares están por desconectar sus teléfonos porque no pueden ni con la cuenta ni con el abuso de los hijos.
Lo aplicable en estos casos, amigo lector, es llevar una estadística mensual de los gastos y consumo de cada rubro. De esta forma, buscaremos -en caso del servicio telefónico- las tarifas más conveniente que se amolde a las necesidades del hogar. Si en el hogar no sembramos la conciencia de que si se gasta de más no hay para comer, los patrones seguirán iguales y en camino empeorarse. El teléfono es una necesidad, ayudemos a papá y mamá mantenerlo activo. |