A ntes de llegar al Parque Omar ese domingo dieciséis de marzo, miraba con ansiedad el cielo.Buscaba decenas de cometas volar llenas de "felicidad" gracias a la brisa del verano.Sólo encontré cinco. La culpa la tuve por la pereza que me invadió a las doce del día, cuando iba a iniciarse el festival de cometas organizado por el INAC.
Pensé que como son las cosas en Panamá, el acto comenzaría tarde y a las cuatro estaría en lo mejor. Me equivoqué.
Sentí un sabor amargo en mi boca al comprender que me perdí este acontecimiento por mi pereza.
Aproveché el momento para recordar a mi padre, quien estaba muy ligado con las cometas.
Él me enseñó a hacer cometas "que siempre vuelan". Con paciencia nos dijo los trucos para cortar las tiras de bambú sin herirnos, pegar el delicado papel chino, ponerle adornos y amarrar bien los tirantes,
Me dijeron y leí que la actividad del INAC fue todo un éxito, pues logró juntar a adultos y niños.
Recordé que esa enseñanza que me dio papá sobre el arte de hacer cometas, significaba en realidad que compartía con sus hijos lo que había aprendido de niño en su lejano pueblo colombiano de Sanpués.
Ahora que es corriente que en la familia no esté presente el padre, lamento que los hijos no reciban esas lecciones.
No sólo a hacer cometas me enseñó papá. Aprendimos todo tipo de trampas para atrapar animales en el patio de la casa paterna, de calle Primera Parque Lefevre.
También nos enseñó a sembrar, pues adoraba ver crecer las semillas que sus manos habían depositado en la tierra panameña.
Yo sé hacer máscaras de Diablicos Sucios para carnaval, que necesitan un molde que se fabrica con tierra de "nidos de arrieras".
También supe fabricar con virulí jaulas para pájaros, algo que ahora está prohibido tener en las casas.
Biombos, trompos, sogas de fibra de árboles, arcos y flechas, usar el machete para cortar hierba sin herirnos, disparar armas de fuego, ejercicios para tener cuerpo atlético y sobre todo, valores morales y cívicos, me enseñó papá durante los años de la niñez,
Da dolor pensar en esos chiquillos sin nadie que les enseñe tantas artesanías. Es hermoso hacer algo con las manos que sea bello y nos dé felicidad al usarlo....