La policía de Los Angeles ha realizado los primeros arrestos de acuerdo con la nueva ley estatal que convierte en un acto criminal las grabaciones en un cine.
Según informó la Asociación Americana del Cine, los primeros detenidos han sido Min Jae Joun, mientras grababa "La pasión de Cristo", y Rubén Centeno, cuando registraba en vídeo "El Alamo".
Si los detenidos son considerados culpables pueden ser condenados a penas de hasta un año de cárcel y una multa de 2.500 dólares.
La nueva legislación, que entró en vigor a principio de año, forma parte de los intentos de la industria del espectáculo para protegerse contra la piratería.
Un informe de la compañía Deloitte & Touche señala que la piratería le cuesta a la industria del espectáculo entre 13.600 y 15.100 millones de dólares anuales.
Las cifras incluyen tanto su efecto en el campo de la música, como del cine o los vídeo-juegos.
Esta lucha contra la piratería está convirtiendo en algo común los registros a los espectadores durante los pases de prensa.
Los cacheos son incluso habituales en las elegantes galas de estrenos de Hollywood, donde hasta las estrellas tienen que pasar por un detector de metales y mostrar su bolso para enseñar que no llevan una cámara de vídeo.
En otras muchas salas se está convirtiendo en una táctica común la de mantener vigilancia en la sala durante la proyección.