El intento de aislamiento del Real Madrid ha fracasado y su hotel de concentración en la zona turística de La Manga, donde el equipo blanco pretendía entrenarse con tranquilidad, se ha convertido en lugar de peregrinación de cientos de aficionados.
Una miniconcentración de dos días, en busca de sosiego, fue la terapia elegida por la directiva del club madrileño para que la plantilla de Carlos Queiroz restañase las profundas heridas que ha sufrido en las últimas semanas, con la derrota en la final de la Copa del Rey y la eliminación de la Liga de Campeones por el Mónaco.
"Hemos venido aquí para descansar y en busca de tranquilidad", afirmó Jorge Valdano, director general deportivo del Real Madrid, equipo que el domingo con su derrota en casa ante el modesto Osasuna perdió el liderato de la Liga.
Pero, desde luego, lo que no ha conseguido el equipo blanco en La Manga es trabajar en soledad y preparar sin testigos el importante duelo del sábado ante el Atlético de Madrid.
Unos 1,200 aficionados presenciaron ayer en la mañana el primer entrenamiento del equipo madridista, y eso que la sesión de trabajo, en teoría, era a puerta cerrada.
La reducida presencia policial no pudo evitar que una avalancha de público accediese al recinto y que los aficionados siguieran el entrenamiento tras las vallas que rodean el campo.
La sesión de trabajo del Real Madrid sirvió para comprobar que el argentino Santiago Solari se perfila como el jugador que ocupará el puesto de titular que deja vacante Ronaldo.