Una distinguida cooperativista dominicana, trabajadora en el campo de la salud, escribía algunas reflexiones acerca de lo que se piensa sobre el particular, en cuanto a lo físico, emocional y espiritual. Decía: " Si trasladamos lo dicho a la institución llamada cooperativa, desearíamos un ejercicio pleno de sanidad económica, liderazgo eficaz y democracia absoluta. Cuando estos tres factores coinciden, el resultado se expresa como salud en abundancia en nuestras cooperativas".
Traigo estas palabras a colación, porque precisamente estamos en la época, en Panamá, cuando las cooperativas están realizando sus asambleas generales, en las que se dan informes económicos y se realizan elecciones de nuevos directivos. Y estos nuevos directivos deben continuar con los buenos pasos que dieron sus antecesores, o cambiar el rumbo si fuere necesario.
Al respecto, la cooperativista a la cual aludimos en nuestras primeras líneas, señalaba: "Hoy en día abundan la falta de ética y demás valores, pero eso no significa que dejemos permear nuestras instituciones, mismas que nos han dado tanto trabajo y numerosos desvelos para edificar y mantener".
Y continúa: "Debemos cerrar filas para obstruir el paso a los antivalores que amenazan nuestro sector. Al promover los principios cooperativos en la formación de nuestros líderes, a la par de darles ejemplo de cómo actuar con nuestra conducta, realizamos un aporte invaluable a este prestigioso movimiento".
Y es que, precisamente, al escoger nuevos directivos, tengamos en cuenta su trayectoria dentro del movimiento. Tal como sucede en la política partidista, en circunstancias como las actuales, muchos se nos acercan pidiéndonos el voto, el cual puede ser su derecho, pero es el nuestro no darlo si conocemos su falta de capacidad, ante todo moral, para realizarlo.
Los pasos de verdaderos cooperativistas, respetuosos de las leyes, estatutos y reglamentos, deben ser la guía que nos indique a quién favorecer con nuestro voto. Aferrarse a cargos directivos por figuración, o para gozar el privilegio de bondadosas dietas, no debe ser el que, en nombre de la amistad, se aproveche de nuestro voto.