En medio de la creciente polémica sobre una probable "pistolización" de los mexicanos para combatir la inseguridad que predomina en todo el país, el secretario de Seguridad Pública (SSP), Alejandro Gertz Manero, declaró que la posesión de armas es un derecho constitucional de la población.
Recordó que desde 1917, en la Constitución General de la República Mexicana, específicamente en el artículo 10 del capítulo de Garantías Individuales, se señala como un derecho para todos los habitantes el poseer armas de fuego para la defensa de la familia, persona y patrimonio.
"Esa es una garantía individual; es un derecho de todos los mexicanos. Yo no sé por qué tantos brincos, si está el piso tan parejo", afirmó, tajante, durante una gira de trabajo por el Distrito Federal.
El titular de la SSP agregó que quienes tengan la necesidad de portar tales pistolas, rifles y metralletas, independientemente de que las mantengan en su hogar, pueden pedir el permiso legal correspondiente ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ya que éste es un derecho otorgado por la Ley de Armas de Fuego.
Los reporteros le hicieron notar que, bajo tales circunstancias, los grupos guerrilleros, como el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que operan en el país también están protegidos por la Constitución de México.
Las afirmaciones del secretario de Seguridad Pública nacional se produjeron justo cuando en México se ha desatado una controversia sobre la posibilidad de que los habitantes interesados se "pistolicen", como una alternativa para contrarrestar la escalada de delincuencia que se ha desatado en toda la nación.
La propuesta, que permitiría tener hasta cinco armas en cada hogar, se halla por ahora bajo escrutinio del Congreso mexicano.
Las declaraciones de Gertz Manero ya han provocado reacciones, y mismo el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Alvarez Icaza, advirtió que en un país como México, donde el contrabando de armas constituye un problema de seguridad, una nueva ley que amplíe las facultades de adquisición y posesión de éstas podría tener efectos contraproducentes. |