Los países que participan en la fuerza internacional de estabilización para Afganistán (ISAF) han reafirmado su compromiso "a largo plazo" con este país, con el objetivo de impedir que el extremismo talibán o el terrorismo de Al Qaeda recuperen el control.
En una declaración suscrita en Bucarest por 40 estados, miembros y no miembros de la OTAN, se recuerda que la misión de la ISAF se basa en un mandato de la ONU y fue solicitada por el Gobierno afgano, y se subraya que "la seguridad euro-atlántica e internacional están ligadas a la estabilidad y el futuro de Afganistán".