Elizabeth Burns es la cabeza de la Asociación Internacional para el Esfuerzo Voluntario (AIVE).
A sus 67 años, es viuda y tiene tres hijos mayores, de los cuales dos viven muy cerca de ella, y aunque no son tan apegados al voluntariado, siguen los pasos de su madre.
Nacida en Escocia y graduada de la universidad de Edimburgo, capital de Escocia, inició su carrera de voluntaria a los siete años, luego se involucró en el voluntariado de ayuda infantil, debido a que sus hijos estaban pequeños.
Esta maestra de idioma tiene como su mayor aventura ser presidenta AIVE, pues ha tenido la oportunidad de estar en tantos países, donde ha tenido experiencias impactantes como la vivida en Botswana, �frica, involucrándose con niños que han perdido a sus padres por Sida, y ellos mismos tener Sida. �Los voluntarios tienen que involucrarse de los que considera más con los niños y es muy difícil la situación�, asegura la voluntaria.
Esta señora, cuyas abuelas y madres fueron voluntarias, considera un sentimiento muy reconfortante ver a personas que están dando su tiempo sin esperar nada a cambio.
Fue escogida presidenta en el 2001 a través de una elección por los miembros de la organización. En su campaña hizo énfasis en convertir a AIVE en una plataforma de impulso del voluntariado internacional.
Confiesa no ser muy buena con las computadoras y le ha sido difícil recibir tantos e-mail de un solo viaje, en su correo electrónico.
Cada uno de los voluntariados a nivel internacional considera que es un hecho que esta mujer �por estar tan involucrada en el voluntariado, no le presta atención a su familia o amigos�.
La característica principal de un buen voluntario para la presidenta de esta organización internacional es una persona que diga �Sí, yo voy a ayudar�.
El principal reto del voluntario en todo el mundo es verse como un poder lo suficientemente fuerte e importante para cambiar el mundo.
