A cañonazos, los británicos intentan romper la líneas defensivas iraquíes en Basora, la gran ciudad shií del sur de Irak. Después de nueve días de intenso asedio parece que algo empieza a moverse. Corre el rumor de que los mandos de la coalición han ordenado a los 4000 ratas del desierto británicos que se preparen para lanzar una ofensiva como la de Kerbala. Sólo contarán con sus medios, ya que la esperada sublevación popular no se ha producido. Los basoríes parece que tienen demasiado miedo y viven bajo la amenaza del partido Baas y de miembros de los servicios secretos.
La resistencia de la Guardia Republicana y, sobre todo, de los Fedayín de Sadam Husein está siendo feroz. Tropas paramilitares, de estricta fidelidad al régimen, lanzaron tres obuses de mortero sobre un control británico a las afueras de la ciudad sin causar víctimas. Los tanques británicos respondieron abriendo fuego sobre el edificio desde el que fue lanzado el ataque. Y es que lo más complicado para la coalición sigue siendo enfrentarse a estas fuerzas que utilizan estrategias guerrilleras frente a la maquinaria bélica británico-estadounidense. |