EDITORIAL
Defensoría del Pueblo
Hoy se produce un cambio en la Defensoría del Pueblo. El exfiscal Juan Antonio Tejada Espino sustituye en el cargo al doctor Italo Antinori Bolaños.
El saliente Defensor del Pueblo cumplió con su papel. Con una personalidad de por sí polémica, Antinori entendió la necesidad de mantener una necesaria independencia en el ejercicio del cargo.
Como era una entidad de reciente creación, Antinori le imprimió la dinámica necesaria para hacerla conocer entre la población, sobre todo entre los más necesitados.
Inundó las redacciones de los diarios con documentos que explicaban las labores y gestiones de la Defensoría del Pueblo.
Su despacho atendió casi 7,000 quejas y la Defensoría del Pueblo fue determinante para que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional liberara al panameño Nicolás Pérez.
Por eso el joven abogado Juan Antonio Tejada tiene una misión dura: superar o al menos igualar la gestión de Italo Antinori.
Tejada llega al cargo producto de un cuestionado pacto entre la Democracia Cristiana y el Partido Revolucionario Democrático, en medio de una elección ante el pleno de la Asamblea Legislativa, cuyo mecanismo no fue el más correcto.
Ahora ya está en el cargo y nadie cuestiona que tiene las calificaciones para ejercerlo, pero éste debe atender el consejo de Antinori: dejar a un lado su pasado político y mantener una línea independiente.
No hay que ser un malagradecido en política, pero cuando se ejerce una función pública como la Defensoría del Pueblo, es mejor olvidar las simpatías partidistas.
Hoy se cuestiona la elección de Tejada, pero sus actuaciones serán determinantes para que el sector de la población que lo objeta cambie de opinión. Por eso hay que ver para creer.
PUNTO CRITICO |
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