El silencio se apoderó de la Iglesia Corazón de Jesús, pero la multitud estaba afuera, entre amigos, compañeros y familiares se preparaban para darle el último adiós a María Carla Rivera Tejada, mientras el reloj marcaba las 4: 00 pm.
Solo se escuchaban gemidos y sollozos por la muerte de la estudiante que por sofocar un incendio forestal en Honduras perdió la vida trágicamente, pero sus padres estaban juntos soportando el crudo dolor.
Monseñor José Luis Lacunza, obispo de la diócesis de David, dirigió la ceremonia final en conmemoración de las honras fúnebres de la estudiante de la universidad del Zamorano, donde solo estudió dos meses y 10 días.
El trabajo y el legado que dejó la heroína en una tierra extranjera, también fue reconocida en su propio país por las organizaciones sociales y gubernamentales.
Sus padres Víctor y Aminta, junto a sus otras dos hijas le dieron las gracias a todos los presentes al igual que a las autoridades de Honduras por el trato que recibieron.
“Nos deja un gran ejemplo y nos hace sentir que todos los que estamos presentes compartimos con ella y siempre no irradiaba de su amor, como la describieron en este hermano país, al ser una joven que siempre estaba feliz y sonreída ante las adversidades”, dijo.
Después de la ceremonia religiosa las cenizas retornaron a la residencia de sus padres y se espera que alas 9: 00 am de hoy sean trasladadas a una cripta de la Iglesia Del Carmen en la ciudad de David.