Los directivos de un hospital de Imizu, en la región de Toyama, al oeste de Tokio, investigado bajo sospechas de haber practicado la eutanasia a siete pacientes, reconocieron haber desconectado los aparatos de respiración asistida previa autorización de los familiares, informó la agencia japonesa Kyodo.
Los directivos aseguraron que las muertes fueron "dignas", según la mencionada agencia.
Las fuentes indicaron que los pacientes, de edades entre los 50 y los noventa años, fallecieron al ser desconectados de sus aparatos de respiración asistida. Estas muertes, ocurridas entre el 2000 y el 2005, tuvieron lugar sin el consentimiento de los propios pacientes, señala la agencia japonesa. El Gobierno de Toyama y la policía de la zona han iniciado sendas investigaciones sobre esos casos y sobre otro, en el que un intento de desconectar de su aparato de respiración a otro paciente de 78 años en estado de coma, fue impedido por el director del hospital.