Dentro de 18 días se elegirá un nuevo gobierno peruano y, de no obtenerse un triunfo inmediato, un mes después se decidiría la fórmula triunfante. Mas, en lo que atañe al Congreso, el 8 de abril la elección de representantes quedará terminada. Es hora de precisar algunos problemas que deben ser encarados. Lo haré por partes, limitándome hoy a la cuestión vial.
En los últimos años se ha hecho una propaganda injustificada a la labor vial del gobierno de Fujimori. Es verdad que gracias a algunas financiaciones pudo mantener operativas a las carreteras que estaban en estado muy deplorable por la falta de atención, en años anteriores. Se me permitirá que haga excepción de los de mi gobierno, que estuvieron marcados por un empuje vial extraordinario. En primer lugar, se mejoró notablemente la carretera Panamericana, mas nunca nos atribuimos la paternidad de esa vía que es ya fruto de generaciones. Nuestra obligación fue mantenerla, y lo hicimos. Reparamos los daños causados por el fenómeno del Niño, de 1983. Mejoramos los accesos de las autopistas expresas a Lima, hasta Cerro Azul, hasta las puertas de Huacho, ejecutando la primera parte del acceso de la Carretera Central, vía Huachipa.
En la Marginal de la Selva, llegamos hasta Puerto Ocopa, completando 1,600 kms en esa vía de promoción continental, desde la frontera ecuatoriana. No me propongo hacer un inventario, pero sí precisar algunos recuerdos por demás honrosos.
Ahora nos encontramos con el sistema de accesos expresos a Lima, paralizado donde lo dejamos. En Cerro Azul se ha mejorado a partir de allí la carretera antigua, pero no se ha hecho la autopista expresa que nosotros proyectamos. El caso más importante, tal vez, es el del terminal de Puerto Ocopa, que está a 200 kms del pozo principal del Camisea. Es inconcebible que, en 17 años de nuestra salida del gobierno, se haya podido paralizar esa gran obra, a partir de nuestro retiro. Los gobiernos que se sucedieron no quisieron hacer 11 kms por año, lo que nos habría permitido encarar el problema gasífero del Perú, con carretera lista en condiciones mucho más ventajosas que las que se han pactado. El gobierno de Fujimori pretende apropiarse de la paternidad de la carretera de Los Libertadores, Ayacucho-Pisco, que nosotros construimos en nuestro primer gobierno, aplicando la variante de Huaytará en nuestro segundo gobierno. Fujimori se adjudica ese trabajo porque mandó asfaltar esa carretera, que nosotros inauguramos con el presidente Raúl Alfonsín, en acto cívico militar inolvidable. El gobierno anterior mejoró la carretera Ilo-Moquegua-Maso Cruz-Desaguadero, en convenio con Bolivia y financiación del BID, para el mejoramiento de la vía, que ya era operativa, mas necesitaba ampliar su capacidad. En cuanto al orden continental nuestra Marginal de la Selva se ha consagrado.
El nuevo gobierno se cree que tendrá necesariamente que extender el sistema vial expreso a Pativilca, a Ricardo Palma y, por el sur, dar acceso de esa calidad hasta el empalme con la carretera a Puquio. Será importante, además, abocarse al mantenimiento de toda la red peruana, en gran parte afectada. En forma sucinta, hemos anotado trabajos inaplazables. ¡Hay que poner manos a la obra sin tardanza! |