El año pasado Panamá fue sorprendida con el arresto en Brasil de uno de los capos más grandes del narcotráfico colombiano, el seudo empresario Pablo Rayo Montaño.
Con operaciones en ocho países, el mafioso que para darle un toque latinoamericano tenía una relación no muy clara de amistad y negocios con el futbolista Freddy Rincón era un zar de las actividades comerciales marítimas y a través de sus empresas patrocinaba torneos de pesca.
No es la primera vez que narco empresarios son descubiertos con una red de
"inchi pinchis" en Panamá. Desde mediados de los ochenta cuando se destapó el escándalo del banco financiado por el Cartel de Cali, las operaciones en efectivo de los narcotraficantes en la Zona Libre, el Centro
Financiero, la influencia del Cartel de Medellín y los nuevos carteles que surgieron en los últimos 15 años y en el Centro Financiero el país no ha dejado de estar envuelto en estas historias criminales.
Rayo Montaño es la repetición de otros casos, como el de Rayo Montaño, los jefes del Cartel del Norte del Valle, los grupos paramilitares y las guerrillas financiadas con dinero de la droga.
Rayo Montaño armó un imperio en Panamá, estableció redes de colaboradores, montó empresas fachadas, contrató abogados e invirtió en tantos negocios como la imaginación permite.
Sin embargo, al igual que ocurrió desde 1985 cuando se destapan los narco escándalos en Panamá, los amigos, socios, clientes frecuentes y
beneficiados de Rayo Montaño se desaparecieron o son protegidos por el escudo de la impunidad del cual los panameños queremos deshacernos desde hace mucho tiempo.
De Rayo Montaño recordamos que tenía unas islas en Colón, testaferros panameños y colombianos que le manejaban los negocios y que compró decenas de fincas y apartamentos.
No se ha hecho pública la red de relaciones, ni a quienes donó dinero, prestó o lo convirtió en un socio con el dinero salido de la sucia actividad del narcotráfico.
La justicia está en mora con el derecho de los panameños a saber, los fiscales tienen pendientes resultados contundentes en sus investigaciones y los tribunales condenas ejemplares para los amigos de la mafia.