EDITORIAL
Necesaria reforma constitucional
Las constituciones son normas
básicas; fundamentales en la organización jurídica
del Estado; contienen las directrices y propósitos que configuran
esas entidades al señalar amplios caminos y principios para el quehacer
nacional.
Panamá surgió a la vida internacional y entró al
concierto de las naciones en la jornada independentista de noviembre de
1903; entonces debió definir el contorno y perfil de recién
nacido estado con la dictación de la norma constitucional del siguiente
año, donde dejó plasmadas las ideas básicas que tutelaron
sus búsqueda libertarias, soporte de las codificaciones redactadas
y de las legislaciones menores que definieron el rumbo panameño,
constreñido por la realidad contractual canalera y el enclave zoneíta
concedido.
En la cuarta decena del siglo el ascenso al mando político del
movimiento panameñista, acodado en los réclames y proposiciones
de "Acción Comunal", la Constitución recibió
cambios sustantivos donde recogió institucionalidades de avanzada
que rompieron los moldes liberales y las raíces conservadoras que
subsistían en el derrotero panameño.
Los militares encaramados en el mando político mediante el censurable
golpe de estado de 1968 enrumbaron sus pasos mandatorios mediante la dictación
de la Constitución de 1972 y sus modificaciones de 1982, en la cual
incorporaron la aberración histórica del artículo 277;
cambiaron los parámetros del trípode de los poderes de Montasquieu,
dándole a las Fuerzas Armadas, rol de Organo del Estado; e introdujeron
las mecánicas y formas legisladoras de los Representantes de Corregimiento,
con atributos de comisariado ruso, que por cuatro lustros aplastó
las libertades ciudadanas.
Ahora, al culminar el proceso de retorno democrático en la vida
nacional con el desfenestramiento de los cuartelarios, un clamor generalizado
eleva voces en reclamo de una nueva Carta Magna que cancele los resabios
del oprobio, asiente los pasos de las libertades mediatizadas, devuelva
flexibilidad al quehacer burocrático, recoja novísimas instituciones
y ofrezca las vías de modernización que el desarrollo y avance
reclama para Panamá.
En tales caminos, las opiniones de partidos políticos, de doctos
profesores, de abogados prestantes, de magistrados verticales, son coincidentes,
y resulta el momento oportuno con el desenvolvimiento de las campañas
de renovación electoral que hoy vivimos, para establecer una "agenda
de estado", que convenga en realizar las reformas necesarias para lograr
una renovada Constitución Política, donde se recojan aspiraciones
crecientes, dirigiendo el devenir panameño por vías de plenitud
democrática, de plenas y amplias libertades, de equilibrio institucional
y público, reconociendo la importancia y trascendencia de las organizaciones
del pueblo.


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AYER GRAFICO |
Guillermo Zetina, el gran actor mexicano de parte con integrantes del ballet
"Ritmo de Panamá" |


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