La bandera panameña brilló anoche como nunca en Hollywood, Florida. Eran los colores blanco, azul y rojo que inundaron la Arena del Seminole Hard Rock, cuando el colonense Celestino “Pelenchín” Caballero agarró con sus guantes la bandera panameña para elevarla al cielo en señal de victoria.
No era para menos la alegría de “Pelenchín”, si unos segundos antes le había ganado por nocaut técnico los 2: 02 del noveno asalto, al mexicano Ricardo “Piolo” Castillo, en su primera defensa de su título del peso súper gallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Quizás, el final fue inesperado en la forma que sucedió, debido a que fue el hermano del “Piolo”, José Luis Castillo (ex campeón del mundo) el que le pidió al árbitro, Telis Assimenios, detener las acciones a los dos minutos y dos segundos del noveno acto.
Para muchas de las que se encontraban en el coliseo, no era criticable la acción de José Luis, porque su hermano había recibido un “pelenchinazo” de derecha a la nuca que lo había dejó en malas condiciones. Y es que cuando cayó el golpe letal, el “Piolo” le expresó todo su amor a “Pelenchín” abrazándolo con fuerza para evitar caer a la lona. Al final, fue “Pelenchín” el que visitó la lona, debido a la llave de lucha del “Piolo”.
PATRON EQUIVOCADO
Pero antes de que llegara el desenlace final, hubo buenos asaltos para el orgullo de México.
Al sonar el primer campanazo, fue Castillo el que puso la presión, ante un “Pelenchín” que se dedicó a cubrirse, tratando de echar pasos atrás, con tal de mantener la distancia, que era la pelea que más le favorecía
Fue un round para el mexicano, quien logró colocar los mejores golpes.
La acción no cambió para la segunda vuelta, con un “Piolo” pegado a la humanidad del campeón del mundo. El combate seguía en el cuerpo a cuerpo en los siguientes tres rounds.
MUCHO “PELENCHIN”
“Pelenchín” se burlaba a placer del “Piolo” colocándole golpes violentos a la cabeza y al cuerpo en el quinto asalto.
En el sexto, séptimo y octavo capítulo, “Pelenchín” bailaba congo y golpeaba a placer arriba del ensogado. La victoria estaba en el bolsillo y así lo sabían un gran número de panameños que gritaba el nombre del campeón de las 122 libras de la AMB.
Rectos de derechas y “pelenchinazos de izquierda al costado le llovían al “Piolo”. Era como una crónica de una muerte anunciada que tuvo su capítulo final en el noveno round.
