El Real Madrid afronta la jornada 28 con la comodidad de aventajar en ocho puntos al Barcelona, pero el líder tendrá un difícil escollo en su visita el sábado a Riazor, un estadio maldito donde no gana en Liga al Deportivo desde hace 17 años.
La baja casi segura del delantero holandés Van Nistelrooy es el principal contratiempo madridista para el partido ante un Depor que ha levantado el vuelo, pero se halla a tan sólo dos puntos del descenso.
Ayer, al igual que en la jornada de entrenamiento, Van Nistelrooy no saltó al césped y trabajó entre el gimnasio y la zona de piscina antes de ponerse en manos de los masajistas.
El Barcelona, más pendiente estos días del rival que le tocará hoy en el sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones, donde acude como único representante español, tampoco tendrá un partido fácil en Almería, si bien contará con la ventaja de jugar el domingo y saber lo que ha hecho su máximo rival.