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Colaquito Cortez  |
La versatilidad y talento innato para la ejecución de prácticamente cualquier instrumento le han merecido el honroso calificativo de “Hombre Orquesta” a Colaquito Cortez.
Sencillamente son pocos los instrumentos que se puedan resistir al dominio magistral de los dedos y manos de este insigne artista con una formación musical que supera los cuarenta años.
El acordeón, el violín, la guitarra, el bajo, trombón, saxofón, caja, tambor o cualquier instrumento sucumbe al “endiablado” embrujo de este prodigio nacional de la música, especialmente la típica y la folclórica.
Su presteza en la ejecución doma la rebeldía de cualquiera cosa que produzca música para convertirlo en sinfonía de deleite y asombro de quienes tienen el gusto de observarlo en una tarima.
Colaquito Cortez no hace el espectáculo, es el espectáculo en sí. Hay que verlo sacándole sonido al acordeón y ni se diga al violín. La alegría, emoción y entusiasmo que le imprime al instrumento son únicas.
El violín, durante los últimos días ha pasado a ser el instrumento de su predilección. No sólo es agradable escuchar a este músico tocando este instrumento, sino la jocosidad que produce verlo como pone el arco y se lo cruza por medio de las piernas haciendo piruetas y maromas que dejan boquiabiertos a los espectadores.
FORMACIÓN
Esta maestría para el dominio musical por parte de Colaquito le viene ya sea por naturaleza propia o por herencia. Hijo de uno de los violinistas más grandes que ha nacido en suelo panameño, el gran Colaco Cortez.
Es lógico que viendo a su acucioso padre en acción se entusiasmara por seguir sus pasos y así lo hizo. Sus primeras lecciones las tomó a la edad de los seis años en su tierra natal santeña.
Y desde entonces, su sinfonía no ha cesado para deleite de varias generaciones de panameños. Si su padre fue su primer maestro, Colaquito también tuvo como guías a otros soberbios músicos locales.
“Profesionalmente me formé con Lucho Azcárraga de quien tengo muy gratos recuerdos y grandes lecciones que me han ayudado mucho en la carrera”, reconoció Colaquito durante una visita a Nuestra Tierra.
Por si fuera poco, en su formación musical también influyeron talentosos artistas nacionales como Saint Malo y Alberto Galimany, cuyas composiciones han trascendido nuestras fronteras.
UN EMBAJADOR DE LO NUESTRO
Colaquito ha llevado nuestra música a diversos países y ha alternado con agrupaciones y artistas de gran renombre en diferentes géneros, entre ellos Las Estrellas de Fania, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Oscar de León, Fruko y Sus Tesos; así como con casi todos los conjuntos típicos de Panamá.
Colaquito fungió por varios años como representante diplomático en República Dominicana, como agregado cultural.
En algunas ocasiones “los dedos le picaban” por tomar el acordeón y el violín para ejecutar una melodía, pero sus ocupaciones oficiales se lo impedían.
RETROSPECTIVA Y FUTURO
Colaquito Cortez, se distingue por su familiaridad y contacto directo con el público con quien conversa, intercambia ideas y se confunde con él para estrechar la mano de sus admiradores.
Tiene un gran sentido del humor que le han granjeado la simpatía de sus colegas y de la ciudadanía en general.
En el aspecto musical es un artista adelantado a su época. Antes de los cambios que ahora se han hecho a nuestra música, Cortez ya experimentaba con algunos con algunas innovaciones que en su momento no fueron muy aceptadas.
Fue un pionero en cuestiones como incluir teclados, arpas y otro tipo de “aderezos” a su conjunto típico.
El músico siente satisfacción por la forma en que ha evolucionado nuestra música. Aunque desde luego también está contento porque a pesar de los cambios que ha tenido se conservan sus raíces.
A pesar de ser un músico dedicado a diferentes géneros musicales, Colaquito Cortez está profundamente ligado a las raíces folclóricas y así lo manifiesta.
Estamos trabajando en varios proyectos musicales, pero especialmente queremos grabar un disco compacto de música folclórica.
¿UN MARTIR?
Pues no se equivoca. Colaquito Cortez fue uno de los valientes institutores que se lanzó a las calles a protestar por la presencia militar estadounidense en Panamá.
Durante los graves sucesos del 9 de enero de 1964 recibió un golpe en el pómulo. Esta es una anécdota que pocos conocen de este polifacético y dinámico artista que ha dado renombre a la música típica y al folclore panameño. |