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EDITORIAL
Peligro en la frontera
El tema del conflicto colombiano y sus repercusiones en Panamá y otros países limítrofes ha sido nuevamente tema de análisis de los gobiernos de Sur América y una delegación de nuestro país.
Siguiendo los acuerdos de la Declaración de Panamá, se integró un grupo integrado por altos funcionarios de Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá y Brasil, que tendrá como tarea recibir informes sobre tráfico de armas, de explosivos y precursores, lavado de dinero, control de fronteras, cooperación en inteligencia y represión del narcotráfico. . La intención es acabar con las rutas de suministro de armas y dineros de los grupos insurgentes de Colombia.
Respecto a Panamá, los nuevos compromisos surgen tras denunciarse en Colombia que el frente 57 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas y las Autodefensas Campesinas Unidas de Córdoba y Urabá, están utilizando nuevas en la frontera entre Colombia y Panamá, que para movilizar armas y grupos armados.
Además Darién ha sido señalado entre el grupo de regiones limítrofes con Colombia, donde no impera la ley y el orden. A pesar de que Panamá ha planteado que no tiene interés de involucrarse en el conflicto colombiano, poco a poco, la realidad existente en el área nos envuelve y por ende el país se debe preparar para cualquier eventualidad.
Estados Unidos ha prometido ayuda en equipo de movilización y comunicaciones a la Policía de Frontera, pero hay que enfrentar la realidad: ni la Policía actual ni las antiguas Fuerzas de Defensa estaban en capacidad de combatir efectivamente a los grupos insurgentes colombianos, que tienen toda una historia de lucha en las regiones selváticas.
Sin embargo, a pesar de las limitaciones, la nación panameña debe prepararse y reforzar la seguridad en torno a áreas sensitivas como el Canal de Panamá, que al menos cuenta con uno de los mejores sistema de seguridad industrial, cuya cobertura se programa extender, para mantener vigiladas todas y cada una de las áreas relacionadas a la vía acuática.
Además la nación debe anticipar programas para requerir la ayuda rápida de foros como la OEA y la ONU para enfrentar cualquier eventualidad que no puedan controlar los estamentos de seguridad del país.
Por años hemos querido obviar el problema del conflicto colombiano, pero ya de hecho estamos inmersos en él. Ahora sólo nos resta prepararnos para la expansión de los problemas de nuestros vecinos.
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PUNTO CRITICO |
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