Católicos de todo el mundo, profundamente conmovidos por la recaída del papa Juan Pablo II, están enviando al pontífice cartas, mensajes por correo electrónico y telegramas, y organizando vigilias de oración las 24 horas del día.
Los expertos dicen que la angustia está afectando a los fieles, como lo haría con cualquier persona preocupada por la suerte de cualquier ser querido que ha sido hospitalizado.
Mario Gaetano, que visitó la Policlínica Gemelli, donde el Papa se está recuperando, resumió así los sentimientos que animan a muchas personas: ``Me preocupa el estado de salud del Papa'', dijo, pues es ``como si se tratara de un miembro de mi familia''.
``El es como el abuelo de todos'', añadió Gaetano, de 70 años. ``No deseamos imaginar lo peor''.
En un reconocimiento al respaldo y a las plegarias que vienen de todo el mundo, y los núcleos de peregrinos que se han congregado de manera reiterada en la Plaza de San Pedro y frente a la Policlínica Gemelli, Juan Pablo II expresó su gratitud el domingo en un comunicado leído por un arzobispo.
``Les agradezco con afecto y los siento a todos ustedes espiritualmente cercanos'', dijo. ``Pienso en todos ustedes congregados en la Plaza de San Pedro, solos y en grupos, y en todos aquellos de cada parte del mundo que están interesados en mí''.