El paquete de reformas a la ley orgánica de la Caja de Seguro Social (CSS) continúa siendo una incógnita. El Órgano Ejecutivo mantiene la tesis de seguir adelante con el proceso de "consultas", mientras que el presidente Martín Torrijos reconoció que el debate del proyecto repercutirá en su popularidad.
El mandatario indicó que será inevitable que haya diferencias con relación a la aplicación de las reformas, pero dijo tener la convicción de no aceptar soluciones que impliquen privatizar la institución o abandonar su esencia solidaria.
"Gobernar no significa asignar culpas o buscar chivos expiatorios como excusa para postergar las soluciones a los problemas, ese lujo no nos lo podemos dar y menos cuando mantener el sistema de la CSS cuesta B/.30 mil la hora", dijo.
Durante el acto de instalación del pleno de la Asamblea Nacional, Torrijos sostuvo que las reformas a la CSS serán difíciles, costarán trabajo, representarán sacrificios para todos.
"Las reformas tienen que ir a la raíz del problema, quiero darle una solución financiera a largo plazo, porque las enfermedades no esperan, ni conocen de burocracia para remediarlas", señaló.
El mandatario sostuvo que el colapso de la CSS no supone que los jubilados dejen de cobrar sus prestaciones económicas, sino que implica que los que hoy cotizan a la institución no podrán recibir retribución alguna por sus aportes.
Destacó que el debate debe desarrollarse sin apasionamientos y sin sectarismos políticos. "No aspiro a que haya unanimidad, pero confío en que todos vamos a poner el bien de la institución sobre la conveniencia de intereses particulares políticos", resaltó.
Torrijos indicó estar dispuesto a correr el riesgo de la incomprensión a cruzarme d brazos y ver como se deteriora el país.