Carmen Donna Aven explicó que hay casos donde las familias han adoptado a hermanos abandonados por la madre en tiempos distintos. Incluso hay hermanos que uno está con una familia adoptada en España y la otra en Panamá y nunca se conocen.
Detalló que las familias tienen que parecerse en la tez a los niños que quieran adoptar para evitar que se enteren de su condición por terceras personas. A menos que la pareja solicite un niño sin importale la raza del pequeño.
Agregó que hay pena de 12 a 30 meses de prisión para quien perturbe mentalmente a un niño; de 20 a 100 días de prisión para la persona que no dé parte a las autoridades de un caso de abandono; y de 3 a 5 años de cárcel para aquel o aquella que incurra en la muerte de un menor, según se estable en el Artículo 145 del Codigo Penal panameño.
La Dirección Nacional de Adopciones ubica a los niños en albergues para luego buscar padrinos para las fiestas de fin de año. Sin embargo, las parejas no quieren adoptar infantes mayores de 2 años o con discapacidades.