Un desabastecimiento parcial de los mercados y el incremento especulativo de los precios acechaban a la población de Lima y de las principales ciudades peruanas, debido a una huelga del transporte pesado de carga, que entró en su segunda semana sin perspectivas de solución.
Varios mercados de la capital reportaron un ingreso restringido de alimentos perecederos, lo que automáticamente provocó un aumento de los precios, sobre todo los de las frutas y verduras.
A pesar de que el abastecimiento del Mercado Mayorista de la capital era aceptable, según el administrador Ronald Franco, los vendedores minoristas elevaron los precios arguyendo el paro del transporte.
Otros impactos de la medida de fuerza, que empezó el domingo 22 en todo el territorio nacional, son la pérdida de productos lácteos en las cuencas lecheras del norte y sur del país, bloqueos momentáneos de la Carretera Panamericana Norte, amenaza de desabastecimiento de combustible.