El balón número uno, rey del fútbol en el 2002, querido por todo el planeta llegó a nuestro país, con la intención de brindarnos alegrías.
Pero su historia en suelo patrio no es la de un cuento de hadas, ha tenido sus altas y sus bajas e inclusive él nos cuenta que se siente por momentos traicionado.
¡Sí! dónde quedaron esas jugadas mágicas de Japón, Corea, dónde quedaron esos gritos de gol, causados por esta pelota que puso a Ronaldo, Rivaldo y todo el pueblo brasileño en la cima con su pentacampeonato.
Pero no... hoy no eres feliz del todo, no te tratan como te mereces...
Hoy, luego de una larga espera, logramos conversar con tan importante figura del fútbol mundial.
Algo triste se presentó a la redacción de Crítica, pero no dudó en conversar para el pueblo panameño...
¿COMO TE HA IDO EN ESTE 2004 ACA EN PANAMA?
Pues la verdad que no me siento feliz, como yo quisiera, pues hay momentos en que no me tratan como me lo merezco, pues las canchas raspan mi piel, y eso me pone triste.
¿A QUE TE REFIERES CON LO DE LAS CANCHAS?
Pues que me tiran a lugares indignos de mi talento. No soy para estar en canchas de tan mala calidad, yo nací para ser grande, no me pueden tratar así, me merezco más.
PERO, ¿QUE SE TIENE QUE HACER PARA MEJORAR?
Tienen que tratarme bien, no puede ser que se juegue fútbol en estos "peladeros", después de lo que viví en Tokio, lo que me pasa es triste, siento ganas de llorar.
¿TODO HA SIDO MALO?
No, cuando visito el Rommel me siento contento. Los futbolistas panameños no son malos, pero veo que no tienen el trabajo que vi en otros países. Quiero decirle a los dirigentes que si no mejoran ésto las cosas no progresarán y me