Debe haber una regla en algún lugar de este país que prohiba que los seres humanos convivan en un potrero, pues estos terrenos son especialmente para el pastoreo del ganado vacuno.
Pero jamás, ni en la última neurona de la especie "homo sapiens" se permitiría que las personas, mucho menos deportistas y muchísimo menos en mi fútbol, se dé un espectáculo en este sitio.
Ayer el partido entre Tauro y River Plate, todo el país tuvo la oportunidad de ver cómo la ANAPROF caía en lo más bajo del 2004.
Fue un ridículo, algo increíble, como en un tiro taurino que se dirigía al marco rival, el balón se desvió por lo malo del terreno. Hasta repitieron la escena por televisión.
Un terreno en pésimo estado, que daba era ganas de cambiar el canal de televisión que observábamos para ver en otro la Liga Española, pero uno se mantiene fiel a la ANAPROF, a pesar de todas estas cosas.
Pero, ¿cómo la dirigencia permite esto? ¿Cómo es posible que el espectáculo baje así su nivel? ¿Qué empresa quiere patrocinar esto?
Si se iba a usar esta cancha para la ANAPROF había que habilitarla como es debido, no se puede seguir jugando allí es, simplemente, patético.
No sólo es criticar al equipo de casa. ¡No! Aquí perdemos todos.
¿O será que los dirigentes no saben que los potreros son para el ganado, no para jugar al fútbol que intenta, desea o aruña el profesionalismo?
¿Qué clase de espectáculo se le presenta a la gente para que se emocione y asista al estadio? Y no me refiero a la transmisión por televisión, los colegas de Canal 4 hacen su trabajo, ellos cumplen con su labor.
Son los dirigentes los responsables, los que tienen que poner un alto y reflexionar. Estamos a tiempo de cambiar esto, pues apenas van cuatro fechas.
No creo que nadie se emocione al ver este tipo de cancha por televisión y mucho menos en vivo, donde tienen que pagar.
He asistido a tres juegos en Balboa, allá la cosa es un "tantito" mejor, y del Rommel, ni se diga, está a otro nivel, pero lo de Pedregal, creo que fue un error, que hay que reflexionar y sobre todo rescatar.