Aunque el mundo es una selva de cemento, todavía hay que confiar en los semejantes. A pesar de todo, siempre habrá, aunque sea una persona, en la que puedas depositar tu confianza.
Nadie puede vivir desconfiando de todo y de todos. Por la propia tranquilidad personal debes entender que a tu alrededor hay alguien que puede servirte de apoyo en los momentos difíciles.
Resulta triste que una persona se pase toda la vida como si fuera un perseguido, viendo sobre sus hombros y cuidándose las espaldas para evitar que te metan el puñal.
Por eso resulta tan importante conocer el valor de la amistad. El amigo verdadero es como tu otra parte. Es la persona que con sólo verte sabe que tienes algún problema o sufrimiento.
A los desconfiados les digo que en verdad todavía hay gente que sabe y valora en toda la extensión de la palabra lo que significa la palabra confianza.
Por eso ya sea en tu barrio, en el trabajo o en la escuela debe existir alguna persona en la que puedas confiar. Mira a tu alrededor, quizás el que menos piensas puede ser esa voz fraterna, que te pueda lanzar el salvavidas ante los problemas que te agobian. ¡Confía en alguien!