El cerro Canajagua ha sido, desde tiempos inmemoriales, un símbolo de orgullo para los habitantes de la provincia de Los Santos, quienes han tejido alrededor de esa formación montañosa, leyendas, mitos y tradiciones inagotables que se transmiten por generaciones. Esa condición emblemática la recuerdo desde que era niño cuando solía escuchar los comentarios de adultos y ancianos ponderando más que todo la fertilidad de la tierra y el clima acogedor de la remota zona montañosa, productora de aguacate y café, entre otros rubros.
La presencia emblemática de este cerro en el quehacer cotidiano de los santeños era tal que, una cumbia se titulaba Canajagua Monte Adentro, una emisora se llama Ondas del Canajagua, un conjunto Folklórico ostentaba orgulloso el distintivo de Canajagua Azul y un barco conocido como El Canajagua, durante los días de la colonia, navegaba desde Tonosí a Panamá, transportando la producción agrícola y pecuaria desde el litoral azuerense.
Cuando sobrevino la explotación maderera a gran escala, los políticos en el gobierno de entonces abrieron la carretera, lo que sirvió de inspiración al compositor Isaías Barrios, autor de la cumbia Carretera al Canajagua, grabada en disco de acetato por Amadís Bernal. Para entonces transcurría ya la década del 60, y gran parte de la zona boscosa había sido talada a ras de suelo, dando paso a extensos pastizales para la ganadería.
Aunque con efectos visibles de empobrecimiento de los suelos, todavía quedaba la posibilidad de reforestar para recuperar los elementos perdidos; sin embargo, ahora intereses económicos pretenden introducir en la zona actividades de porcinocultura, lo que plantea graves riesgos de contaminación de las fuentes de agua y dará al traste con cualquier otro proyecto que permita darle a esta región un uso más sostenible. |