Los compradores muchas veces deben pagar un alto costo por los productos de la canasta básica familiar, especialmente las legumbres, verduras y frutas porque no han aprendido a comprar en las ferias libres y en el Mercado de Abastos.
Enrique Chavarría, oriundo de la La Palma de Darién, emigró a la provincia de Chiriquí en busca de un mejor futuro. Por cuestiones de la vida tiene ya 15 años de dedicarse a la venta de plátanos en el Mercado de Abastos y está seguro de que si las personas se acostumbraran a comprar en estos puestos lograrían economizar con un producto más barato y fresco.
En el Mercado de Abastos la falta de seguridad y estacionamiento es evidente asegura José Rodríguez, vendedor piensa que con estas deficiencias es difícil atraer a los potenciales clientes y lo peor es que la administración no hace nada por solucionar el problema, aunque confirma que los mayoría de compradores son asiáticos, además de los propietarios de tiendas y fondas.
Cuando se compra en el Mercado, el ahorro es sustancioso; afirma este vendedor que tiene ya 12 años de dedicarse a esta actividad, señalando que los asiáticos propietarios de abarroterías se dieron cuenta de esto, y para ellos la ganancia de reventa es el doble .
También es cierto que hay productos que por temporada tienden a subir y bajar de precios.
Existe igualmente la competencia desleal porque mientras un vendedor del Mercado de Abasto paga un arrendamiento que oscila en lo 40 y 80 dólares al mes hay otras personas que venden en la calle a un menor precio.
Rodríguez, proveniente de una familia humilde y numerosa de La Pintada, está completamente seguro de que hay dos sectores que se ven afectados en esta actividad: el productor que muchas veces vende a precio irrisorios por temor a tener más perdidas, y el consumidor que es quien tienen la última decisión, comprar o dejar el producto.