Lágrimas, gemidos y llantos acompañados de una fresca brisa que soplada de norte a sur, complementó el escenario donde familiares y moradores de la comunidad de El Valle, corregimiento de Volcán, le dieron el último adiós a Alvin Amet Vargas, de cuatro años.
El niño murió este lunes en El Valle, corregimiento de Volcán, a consecuencia de un disparo que recibió propiciado presuntamente por su hermanita de cinco años. Fue un hecho accidental. El hecho ocurrió cuando la niña tomó en sus manos un arma de fuego marca Colt calibre 38- sin serie visible- que se encontraba en un lugar accesible del hogar. Estaba jugando con su hermano.
El cuerpo sin vida tendido dentro del féretro, provocó lágrimas de los que por amistad o parentesco asistieron a la última morada del menor. El clavel rojo que tenía junto a su pecho y la camisa blanca de botones dorados daban la muestra de la despedida final.
Más de 200 personas caminaron desde su hogar hasta la capilla del pueblo y de allí al cementerio acompañando al cortejo fúnebre, mientras sus familiares adoptivos bañaron con lágrimas y sollozos el vidrio del ataúd que cubría la cara del niño.
El párroco que protagonizó la ceremonia religiosa destacó la necesidad que tiene el ser humano de superar los obstáculos, pese al vacío que deja la desaparición física de un ser querido en la vida de las personas.
Con la alabanza "señor mi Dios....cuan grandes es Él", despidieron al infante. Residentes del área comentaron el incidente que llenó de consternación a muchos hogares chiricanos cuando corrió la noticia por los diferentes medios de comunicación.
Un conductor de taxi indicó que es necesario tener cuidado al dejar armas de fuego en el hogar cuando hay niños. Recordó que la última vez que vio al menor fue la semana pasada cuando llegó al restaurante que tiene la madre de los menores, para almorzar. Afirmó que el pequeño se mostraba feliz, como cualquier niño propio de su edad que sin malicia alguna jugaba dentro del hogar de su madre adoptiva. Hoy, la tristeza es indescriptible. |