EDITORIAL
Robo al Museo
Cuando a un país se le roba la historia, verdaderamente estamos fregados. El robo que sufrió el Museo Antropológico Reina Torres de Araúz, es reprochable, sobre todo porque se perpetra cuando la nación se adentra a celebrar su Centenario como República.
Lo sospechoso del caso es que se produjo en un área que cuenta con vigilancia las 24 horas del día, aparte de que las piezas de oro estaban custodiadas en áreas, donde pocas personas tienen acceso.
Los ladrones no forzaron puertas, utilizaron llaves y sabían donde estaban las 315 joyas de la orfebrería precolombina. No hay que ser sabios, para concluir que hubo algún grado de complicidad interna. Por años, muchas piezas del arte precolombino han salido de las fronteras panameñas.
Los ladrones de esta ocasión deben haber sacado ya las joyas de Panamá o se preparan para ello, razón por la cual las autoridades de la PTJ, Migración y Aduanas, deben estar alertas en los puertos de entrada y salida del país.
Lo sucedido evidencia una falta inexcusable de controles y medidas de seguridad adecuadas, dentro de una institución que se entiende, guarda dentro de sus paredes una parte fundamental del alma de la patria.
El caso del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz tiene una pista grabada: la reincidencia. En 1999, el museo fue ultrajado con el mismo método. Los asaltantes utilizaron llaves y no dejaron huellas. El expediente fue cerrado.
En aquella ocasión, las autoridades del Museo debieron tomar medidas para asegurar las piezas de oro y las actuales continuarlas con la misma probidad, para evitar que una situación similar nuevamente, pero no fue así. Se realizaron cambios cosméticos que a la postre trajeron consigo el resultado de hoy, un Museo Antropológico sin mucho o nada que exhibir.
Ojalá que la historia de esta reprochable lesión al país no se escriba con la misma tinta que cubrió el ilícito ocurrido en 1999. Las autoridades del INAC deben procurar todas las acciones legales para recuperar el millonario botín sustraído del Museo, de lo contrario, habremos perdido gran parte de nuestra historia.
PUNTO CRITICO |
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