Titulo mi artículo de hoy así, ya que sin lugar a dudas el artillero Víctor René Mendieta hijo, le tapó la boca a una gran fanaticada, que pedía su cabeza en el primer encuentro ante los salvadoreños.
Si se remontan a mi columna del martes 11 de febrero en donde analizaba las causas del "hundimiento" ante los salvadoreños, verán que en ningún momento le caí al delantero capitalino.
Reconozco que conocía muy poco de la trayectoria de este jugador, sin embargo, a mi parecer no lo vi tan mal en los minutos que jugó como lo vieron otros colegas.
Ante Honduras, Mendieta se vio muy presionado por los fanáticos. La mayoría de ellos, en contra de su desempeño con la tricolor. Conversaba en el segundo tiempo del encuentro con el colega Abdiel Quintero y el abogado Renato Pereira, y en broma mencionábamos que lo menos que podía hacer era un gol para quedar empate con la fanaticada que pedía su reemplazo.
Quién iba a pensar que más adelante sería él, el que anidara la esférica en la valla hondureña y darle el ansiado empate al equipo panameño. Pero así fue, Mendieta hizo el gol y mantuvo a Panamá con vida en este torneo.
Ese gol valió mucho, y puso al delantero en un papel de "villano a héroe". Aún no hemos ganado nada. Eso fue solamente un empate, ahora viene lo más difícil. Tenemos que ganarle a Nicaragua y después pensar en Costa Rica.
Si se hacen las cosas como debe ser, se puede lograr y obtener la ansiada clasificación a la Copa de Oro. De los jugadores y cuerpo técnico depende todo lo que se haga en el terreno de juegos.
Otro aspecto importante que no podemos dejar de mencionar, es la falta de tacto de nuestros dirigentes, ya que en más de una ocasión se han dejado meter una clase de "goles" con los árbitros.
Así como un hondureño pitó ante Guatemala y vieron los resultados, ojalá que ante los "nicas", mañana viernes, no dejen que el central sea un costarricense. Pueda ser que no sea así, porque de lo contario, ya veremos las consecuencias que esto puede traer. Pero por ahora podemos decir que lo de Mendieta se asemeja al término. |