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El 1-1 ante Honduras fue un resultado aceptable, pero nunca un empate en casa puede ser para alegrarse y hacer jolgorio. No sé cuál es la alegría de un sector futbolístico, mas sin embargo le respeto su opinión de celebrar un resultado en tablas, pero no hay que ser conformistas.
Tal vez, luego del gol de Mendieta hijo nos dejamos llevar por la emoción, pero analizando la situación detenidamente, empatar en casa no es lo mejor en el fútbol.
La única razón para estar felices es que nos faltaban cinco jugadores y con todo eso supimos cuidar la honra, pero de ahí, más nada. Además, en mi concepto, Honduras anda mal en el torneo. Es más, el empate nos obliga a sacar la calculadora y empezar a sumar opciones, así de sencillo. Pero bueno, ya el árbitro pitó el final del encuentro y lo que sigue es ganarle a Nicaragua.
Saquemos cuenta. A Nicaragua tenemos que salir a acabarla, pues la diferencia de goles puede ser vital para clasificar. Con esto sumaríamos 7 puntos a falta de un juego. Lo más que llegaríamos a tener serían 10 puntos, esto si le ganamos a Costa Rica.
Ahora, lo que más nos conviene a los panameños es que Costa Rica le gane hoy a Honduras y que El Salvador derrote a Guatemala. No tengo nada contra estos conjuntos para desearles la derrota, pero guerra es guerra y Panamá necesita clasificar.
Si ellos pierden se quedan con cuatro unidades, o sea qué lo más que pueden llegar es a 7. Y les recuerdo que ellos se enfrentan el domingo y si empatan Panamá clasifica.
Pueden haber muchos cambios y muchas sumas, pues la matemáticas son exactas. De lo que sí estoy seguro es que de haberle ganado a Honduras hoy estaríamos más tranquilos y no dependeríamos de otros resultados.
Por eso, reitero, que los empates en casa no se celebran. Mucho menos las derrotas, como pasó cuando perdimos ante México en la eliminatoria, ya tenemos que pensar en grande, pues sólo los que piensan en victorias consiguen victorias.
Si queremos ser profesionales hay que pensar como profesionales. Creen ustedes que en un país como México, Argentina o España se hubiese aceptado un empate. Pero es que jugadores, periodistas y fanáticos debemos tener algo bien claro: la casa de uno se respeta. |
