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  OPINION

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Hablar

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Milciades A. Ortiz Jr.

¡Llegó la hora de decir lo que se sabe sobre los crímenes de la dictadura militar!

Ahora los ex uniformados no tienen el poder de matar y desaparecer a sus enemigos, aunque todavía conserven simpatías y aprecio de algunos que añoran los tiempos de la barbarie militarista narcotraficante.

Si el panameño que sufrió la pérdida de familiares y amigos no aprovecha la Comisión de la Verdad, la historia no se lo perdonará. Es necesario que el mundo entero sepa los desmanes, violación de derechos humanos y asesinatos cometidos porque rompieron el orden constitucional en el ´68.

No debemos caer en el conformismo, cobardía, derrotismo y decir "¿para qué, si eso no va a resucitar a mi pariente?", como escuché de labios de una dama cuyo pariente fue fusilado cobardemente, luego que le hicieron cavar su propia tumba.

Y hay que hablar pronto, porque nadie garantiza que en el dos mil cuatro continúe un gobierno no-PRD. Si volviera el "brazo político del proceso revolucionario" (PRD) al poder, lo primero que harán es acabar con la Comisión de la Verdad. Ellos no querrán nunca que se sepa la verdad, para que no caigan de sus falsos pedestales los "héroes con pies de barro" que idolatran.

Es cierto que los muertos no podrán volver a la vida. Pero sí se hará justicia a esos mártires de la lucha por el retorno de la democracia a Panamá. Y hacer justicia en cierta forma es mantener con vida sus recuerdos y ubicarlos en el sitio justo que se merecen en la historia de Panamá.

Desde ahora pido que se confeccione el Libro Negro de la Verdad, con todos los detalles (incluyendo nombres y torturas), para que nunca se olviden las barbaridades que cometieron esos panameños sin alma.

Así que pondrán los puntos sobre las "íes", y las futuras generaciones sabrán la verdad del horrible período de la dictadura con cariño.

Hay que dejar a un lado la prudencia, los temores por represalias, la resignación que puede confundirse con actitudes negativas. Ningún ser humano merece ser torturado y asesinado por sus ideas políticas.

Si panameños tomaron las armas en actividades guerrilleras y fueron detenidos, tenían que ser tratados como prisioneros de guerra, respetando sus derechos humanos.

Y aquellos que fueron desaparecidos sencillamente porque no podrían doblegarse ante los militares, merecen que sus asesinos reciban el castigo de los hombres, para después recibir el de Dios...

Así que hablen los que saben mucho sobre las barbaridades a que fueron sometidos más de cien panameños. Que hablen incluso los que hicieron esos crímenes, para que puedan limpiar su conciencia (me imagino que la tienen). Recuerden que pronto morirán y tendrán que rendir cuenta al Altísimo.

Ya es tiempo que se sepa la verdad. Desde ahora solicito al gobierno que designen la Comisión de la Verdad por tiempo ilimitado, hasta que termine su tarea, así dure cien años. A la verdad no se le puede poner plazos perentorio de seis meses. Por favor, que se dote de todos los recursos necesarios a esa comisión y se integre mayor equipo de investigadores.

¡Quién sepa algo y se calle, "sencillamente será un cómplice de los militares asesinos!

 

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