Los jovenzuelos estaban divirtiéndose en grande en el "mall". En un momento se corretearon. En una de esas carreras un anciano circulaba por el sitio. Uno de los jovencitos le gritó: "�quítate del camino, viejo... pen.... (sador)". Otros chicos se rieron ante la "gracia" del compañero.
A quien lógicamente no le gustó nada el atrevimiento fue al anciano. Alzó la mano y abrió la boca para contestar, pero la experiencia de los años se lo impidió.
Seguramente pensó que de nada valdría un reclamo de su parte. Es que existen jóvenes que se creen "dueños del mundo" y se burlan de los miembros de la tercera y cuarta edad.
Pensé en este incidente y en otros parecidos, al leer una carta del señor Froilán Reluz O'Reilly, (C.P.A. retirado).
Me comentaba que le gustó mi columna "Tío", aparecida el veintidós de octubre del año pasado. Allí trataba el tema de la falta de respeto que tienen algunos contra los ancianos.
Yo ya soy de la Edad Dorada. Por supuesto que no permito que ninguno se venga a burlar de mis canas, o de mis años.
Recuerdo cómo era yo cuando joven con los ancianos de mi familia. La mayor era mi abuelita Teresa. Esta venerable anciana que se vino de Italia a Panamá y con su esposo levantó una familia, merecía todo mi respeto.
En esto estaba muy de acuerdo mi padre. Una vez le dijo a sus hijos que no nos atreviéramos a faltarle el respeto a la abuela, porque "se la tendrían que ver con él".
Aunque ella y mis tíos murieron hace años, los recuerdo con cariño.
En esto del respeto a mayores tienen mucho que ver los padres. He escuchado decir que la abuela "está senil" como un insulto, y el hijo ni se inmuta y no defiende a su madre.
Así se va perdiendo el respeto que se debe tener por los mayores. Como dice el señor Reluz en una poesía "ese viejo que tildan tú, con tu voz brusca y tajante... �ese viejo serás tú en un tiempo no distante".
En realidad, todos los seres humanos debemos respetarnos, no importa si somos viejos, maduros, jóvenes o niños. Si lo hiciéramos, el mundo sería mejor..
