Juan Pablo II, de 84 años, reapareció en público, tres días después de ser dado de alta, desafió su precario estado de salud, demostró que mejora y que, aunque tiene la voz muy débil, no la ha perdido y está dispuesto a seguir al frente de la Iglesia hasta el final.
"Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos". Estas fueron las primeras palabras pronunciadas por el Papa en la plaza de San Pedro, en la que le esperaban, emocionadas, varios miles de personas que le acogieron con aplausos y vivas.