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La cédula de la madre asesina fue encontrada en el lugar de los hechos.  |
Priscila Bustamante, la mujer de 19 años que asesinó de 10 puñaladas a su pequeña bebita -Britani Joany Guerra- de 8 meses de nacida, amenazó con regalarla o entregarla en adopción a la Casa Hogar San José de Malambo, porque la consideraba un estorbo, aseguró la señora Priscila Herrera, madre de la homicida.
A pesar del horrendo crimen cometido por su hija, la señora Herrera hizo ayer honor al amor que debe profesar toda madre a sus hijos al manifestar en medio de lágrimas que, "sé que lo que hizo mi hija no tiene nombre, pero no puedo odiarla, no puedo despreciarla, porque sigue siendo mi hija y la amo y sigo queriendo".
La señora Herrera explicó que en el preciso instante que su hija hizo la advertencia, interpuso un recurso ante un juzgado de menores para lograr la custodia de la bebe, porque temía por el futuro de su única nieta, pero la juez le otorgó la custodia al padre.
La señora Herrera, aunque reconoció tener una buena relación con el padre de la asesinada infante, Osvaldo Herrera, de 32 años, dijo que se opuso a la decisión del Juzgado porque la bebita quedaba en el mismo circulo familiar, pero por tratarse de su hija dejó las cosas así.
Osvaldo arguyó que las cosas con su concubina Priscila Bustamante se habían arreglado y que por eso nunca alejó a la infante de la madre, pero "jamás me pasó por la cabeza que ella sería capaz de hacer algo así".
"En ocasiones las lágrimas de una bebita pueden a molestar a los padres, pero para mí las lágrimas y la alegría de mi hija me alegraban la vida", añadió Osvaldo.
La señora Herrera, por su parte, puntualizó que Brítani "era una bebé tierna y linda, que había sabido como aferrarse a la vida. Nació a los 6 meses, y atravesó por toda clase de complicaciones, pero las superó.
Añadió que "en una ocasión sufrió un ataque de asfixia por el asma y casi se nos va. Los vecinos la llevaron de urgencia al hospital y si no hubiera sido por una mascarilla que le colocaron a tiempo hubiera muerto, pero mi nieta quería vivir, esa niña quería vivir", alegó la dolorida abuela.
"No sé cuál será el peor dolor de mi hija, en este momento, haber asesinado a su propia hija, mi única nieta, o enfrentar 20 años de cárcel por lo que hizo", añadió.
Por su parte el padre de la madre homicida y abuelo de Brítani, envió un mensaje a los adolescentes: "si no están preparados, piénsenlo dos veces antes de decidir tener un hijo, pidan consejo y asesórense". |