Los disturbios y protestas sociales que han dejado 23 muertos en Bolivia continuaban con menor intensidad la tarde ayer en las principales ciudades del país, mientras policías se sumaban a la vigilancia junto al Ejército para frenar los saqueos y actos de pillaje que se registran principalmente en La Paz.
En la ciudad de Cochabamba (centro), los efectivos policiales que durante la mañana se mantuvieron acuartelados, salieron a patrullar la ciudad y detuvieron a varias personas protagonistas de saqueos contra comercios, edificios y vehículos.
Los desmanes se desataron luego de una marcha convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) que urge la renuncia del presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada a raíz de la crisis social y política.
Entre tanto, los policías que el miércoles se enfrentaron a militares en la Plaza de Armas de La Paz -sede del Gobierno-, con un saldo de 16 uniformados muertos, también salieron a las calles de la ciudad para frenar los asaltos y el pillaje que aún se registraba en diferentes barrios populares y comerciales de la ciudad y de la vecina El Alto.
Cuatro vehículos de la alcaldía de El Alto fueron incendiados por la personas que, además, asaltaron sus dependencias, así como varias empresas, entre ellas la embotelladora local de Coca Cola, de capitales chilenos.
Los disturbios en Bolivia se iniciaron el martes con un motín policial en la ciudad de La Paz, en demanda de un aumento salarial y en oposición a un impuesto al salario de todos los trabajadores dispuesto por la administración gubernamental en su proyecto de presupuesto general. |