El presidente de México, Felipe Calderón, llegó a Ciudad Juárez, la urbe más violenta del país, donde presentó un plan integral para hacerle frente a la delincuencia.
La visita del presidente, que ha sido reclamada por varios sectores sociales de la urbe en los últimos días especialmente tras el reciente asesinato de quince jóvenes mientras asistían a una fiesta, fue anunciada hace dos días por el ministro Gómez Mont.
En esta ocasión, Calderón encontró una Ciudad Juárez víctima de la violencia, pero también de una grave crisis económica derivada en buena medida de la inseguridad como consecuencia de la ola de la violencia de los últimos años.
El presidente de México admitió la semana pasada que "no basta el despliegue y la presencia del Ejército y la Policía Federal" en Ciudad Juárez para detener la violencia y prometió iniciativas de corte social que "ayuden a disminuir y a prevenir el delito" en la localidad más violenta del país.
Al parecer, el control de la urbe se lo disputan sicarios del cartel de Juárez, ligado a la familia Carrillo Fuentes, y del cartel de Sinaloa, que encabeza Joaquín "El Chapo" Guzmán.
En la madrugada fueron encontrados los cadáveres de dos varones calcinados en el interior de una tienda de abarrotes (ultramarinos) en el sur de la ciudad, entre ellos el del dueño, José Refugio Sandoval, de 57 años, y otro empleado aún no identificado.