Miles de jóvenes se congregaron el fin de semana pasado en la ciudad de Chitré para participar en el Encuentro Nacional de Renovación Juvenil. Es un evento que se ha realizado en 32 ocasiones y refuerza la esperanza en los hombres y mujeres del futuro.
Hoy cuando se habla de jóvenes inmersos en la violencia o nublados por el materialismo, eventos que permiten encuentros espirituales representan una esperanza para la juventud.
Hay que resaltar el esfuerzo iniciado hace años por el sacerdote Segundo Familiar Cano, que atrae a jóvenes de todos los rincones del país y hasta de otras naciones para compartir una experiencia diferente. La obra ha continuado y cada año la Diócesis de Chitré se prepara para una marea de chicos que cantan, bailan y rinden testimonio de su acercamiento a Dios.
Radicado en nuestro país desde 1965, el Padre Segundo Familiar Cano organizó el primer encuentro juvenil en 1978, logrando congregar a mil jóvenes de provincias centrales. Hoy, hablar del Encuentro Nacional de Renovación Juvenil es referirse a una tradición anual de compromiso de y para los jóvenes.
Se requiere que la infraestructura destinada para este evento sea adecuada y se brinden las condiciones necesarias para un evento que merece el respaldo de toda la sociedad. Si las grandes empresas se unen para patrocinar carnavales, eventos deportivos o conciertos, la cita de los jóvenes con lo Divino merece mayor apoyo.