Con apenas siete meses de gestión, el gobierno ha creado frente con diversos sectores, lo que ya genera preocupación. Si bien se han adoptado medidas que han beneficiado a grupos humildes como los "100 a los 70" para ancianos sin jubilación, las becas de $20 mensuales que se entregará a los estudiantes y el bono por igual suma para la compra de uniformes a los alumnos, hay otras acciones que generar temor.
Un país que reclama inversión no puede vivir de sobresalto en sobresalto. Muchas de las medidas que se han adoptado quizás eran necesarias, pero lo que se cuestiona es el método.
Es una realidad que la justicia ha sido el talón de Aquiles de la democracia panameña. Los monos gordos casi nunca son llevados al banquillo de los acusados. De esa forma, la corrupción ha proliferado no sólo en el sector público, sino en casi todas las esferas de la sociedad. Había que poner un alto, pero sin patear la mesa y colocando figuras con credibilidad.
Resulta cuestionable que a la máxima figura del Ministerio Público se le separe tras investigar a un subalterno denunciado por cobrar coima. Eso es algo difícil de vender a la opinión pública y por eso el movimiento de protesta que se inició ayer.
Sin duda que al movimiento en torno a la situación de la Procuraduría se sumarán todos los políticos y otros sectores que han sido afectados por las acciones de un gobierno que parece no analizar los peligros de abrir frentes en toda dirección y a cada momento.
Nadie sabe si en las altas esferas gubernamentales existe la sensatez para analizar la situación y realizar los correctivos necesarios o si por el contrario la tónica será andar de sobresalto en sobresalto.