La situación del país se ha convertido en una especie de olla de presión, porque existen muchos temas que pueden convertirse en un peligroso detonante, como es la irresponsabilidad de quienes no enfrentan el pago del servicio de agua potable.
Con el IDAAN, la ciudadanía mantiene una deuda de B/.120 millones, mientras que en el Este y Oeste de la capital, se exige a diario que el vital líquido llegue a sus hogares.
Paralelo a esto, existe en el país una casta criminal que se siente protegida por la ley y con la mayor tranquilidad comete sus fechorías sin que la justicia los alcance mientras de ella se burlan los trasgresores de las normas de la pacífica convivencia.
Así, hablamos del pandillerismo con propiedad, de la situación en los barrios populares, pero poco se comenta de la irresponsabilidad ante los compromisos con el Estado, como el pago de la factura por los servicios de agua, que se nota principalmente entre elementos de la clase media.
A esto debemos sumar el compromiso que debemos tener con la tasa de aseo, incluida en la facturación del agua y que ocasiona un problema aún más grave porque creamos un escenario contaminado capaz de afectar la salud de toda la comunidad, en particular la de los niños y los adultos mayores.
Nadie puede entender en qué país estamos viviendo, cuando quienes adeudan las enormes sumas al IDAAN gastan en cosas, a veces innecesarias, cayendo entonces en un punto de grave irresponsabilidad.
Esta sociedad parece incoherente y desordenada, ya que no entiende muy bien la importancia del pago de sus obligaciones, sobre todo el servicio de agua potable y recolección de la basura, lo que nos ubica al borde de una compleja situación donde se encuentran comprometidos el bienestar y la calidad de vida de la población.
La comunidad tiene derecho a protestar para que pueda acceder al servicio de agua potable, pero también debería reclamar sus derechos ante aquellas personas que adeudan las sumas millonarias al IDAAN, muchas de ellas con los recursos suficientes para cumplir con un deber cívico ineludible.