Caminos que no se pueden olvidar. Parte de la historia que en muchos casos ha sido transmitida de generación en generación de forma verbal. Misterio, interrogantes y hechos históricos, son los que le dan vida a un viejo camino en Veraguas.
Aquí está un camino empedrado que guarda los viejos recuerdos de muchos años, una cruz que sirve de amparo espiritual a los caminantes, un cementerio abandonado en medio de este monte y una comunidad desaparecida.
Fueron lo que posiblemente utilizaron como ruta los españoles para trasladarse de la costa Atlántica a la Pacífica. Por ello el viejo sendero de San Francisco que antes comunicaba a Santa Fe, San Francisco, Calobre y Santiago, jamás podrá ser olvidado.
Agustín Barría, Dionisia de Soto y otros moradores del lugar, aseguran que este camino es el mismo que una vez utilizó el guerrillero coclesano Victoriano Lorenzo en la lucha entre los conservadores y liberales, en un enfrentamiento en la comunidad de Huertas Largas de Santa Fe.
Los más viejos pobladores de San Francisco de la Montaña, Santa Fe, llegaron a viajar por este camino hasta el comienzo de los años de 1970, cuando el gobierno de turno, liderado por el general Omar Torrijos Herrera, decidió construir la nueva carretera hacia ese apartado distrito de Veraguas.
Este camino se supone también es el mismo que utilizaron los colonizadores españoles cuando conquistaron estas tierras del istmo, en las que lograron fundar varias ciudades entre ellas San Francisco, Montijo y otros pueblos, mientras construyeron la iglesia colonial como parte de la conquista.
Los residentes de este sector manifiestan que por este mismo camino fue por donde supuestamente sacaron desde Santa Fe al cura colombiano Jesús Héctor Gallego, desaparecido en la década de los 70 y que aún se desconoce su paradero.
Dionisia de Soto, comentó que también existió un cementerio con más de 15 tumbas, en donde los pobladores de las comunidades de Los Ortices (compuesta por una sola familia) desapareció en este lugar.
Con el tiempo, un día, los habitantes de esa área se sorprendieron con la llegada de un terrateniente que convirtió el pequeño caserío y el panteón en potrero. Disgustados, los habitantes se dispersaron a otros lugares , pero se tuvo que colocar una cruz para que las almas enterradas descansaran en paz.
Se dice que desde ese entonces, las personas que habitan en varias comunidades un poco más apartadas, no pueden viajar a altas horas de la noche por este camino solitario, porque supuestamente ven cosas extrañas.
Por esta razón se colocó una cruz en medio del camino, que sigue siendo la ruta real y la que jamás los habitantes de San Francisco de la Montaña y los santafereños podrán olvidar por sus historias y misterios.
RUTA QUE DESDE LA DECADA DEL ESTA EN EL OLVIDO. 70
Luego de la construcción de la nueva carretera, pero a pesar que ya no es una vía de todos los días, no deja de estar en la memoria de muchos pobladores.