La bomba lacrimógena tirada en el pabellón 6 del Centro de Cumplimiento de Menores de Tocumen fue la causante del incendio que dejó a cinco fallecidos y dos sobrevivientes, narró el menor Cristian Addias Mora en la declaración jurada que rindió ayer martes en la mañana, en el Hospital Santo Tomás.
Esta declaración fue tomada por la Fiscalía Primera Superior tanto a Cristian Addias Mora como a David Alberto Ríos Suazo.
Suazo narró que al lanzarse la primera bomba lacrimógena, él se lanzó debajo de la cama de cemento.
Estas descripciones fueron conocidas por la abogada querellante Nora Santa de Sánchez de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio Nacional de Abogados.
Veintitrés días después del trágico suceso del 9 de enero, los jóvenes, que aún se recuperan en el Hospital Santo Tomás, siguen afectados, piden mucho líquido y, según describe la abogada Nora Santa de Sánchez, han quedado traumatizados.
Los abogados querellantes solicitarán a la Fiscalía una evaluación psiquiátrica.
Sobre la decisión de la fiscal Primera Superior, Geomara Guerra, de decretar la orden de detención contra la directora del penal, Iris Cedeño, la abogada explicó que hubo una omisión por parte de la funcionaria, quien no actúo como le correspondía.
Dio la orden al Grupo de Apoyo al Servicio de intervenir en el recinto penitenciario, en vez de llamar a la Policía de Menores, además de ordenar, supuestamente, que se tirara gas pimienta.
Por su parte, el custodio civil Guillermo Ábrego, apodado "Samaria", fue la persona descrita como la que causó golpes incesantes a los menores afectados, tenía las llaves del pabellón y no recurrió a abrir al momento del incendio, les ponía las botas en la cara a los menores que tenían heridas, les apretó los zunchos a los detenidos y también propinó golpes en la cara.
El otro custodio Alexander De Gracia estaba libre al momento en que fue llamado como refuerzo, y argumentó que luego de que se lanzaron las dos primeras bombas lacrimógenas, la situación estaba controlada. Pero la puerta del pabellón estaba cerrada, por lo que estos jóvenes no se habían convertido en un peligro. Este custodio ayudó a los jóvenes a salir del pabellón incendiado.