El 2 de febrero de 1943, unos 91 mil soldados alemanes se rindieron ante las fuerzas soviéticas en la ciudad de Stalingrado, dando fin a una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial. El salvajismo de la Batalla de Leningrado dejó tras de sí casi dos millones de muertos, entre militares y civiles, convirtiéndola en uno de los enfrentamientos más sangrientos en la historia de las guerras.