Una deliciosa brisa fresca, calmada los efectos del brillante y ardiente sol de verano. Estaba en el Cerro El Vigía en Taboga, el veintiocho de diciembre pasado, y no era nada de "Inocente Mariposa". Continuaba mi peregrinar por sitios de turismo interno que tenía años de no visitar.
A mi lado se encontraba un panameño humilde y exitoso. Vestía como cualquier tabogano: pantalón corto, suéter y sandalias playeras.
Pero Luis Carlos Muñoz ("Chombo", para sus conocidos) no es cualquier persona.
El es ejemplo del panameño trabajador, que busca el real de manera legal donde sea. El no es de aquellos que se tiran al suelo a lamentarse de que la "cosa está dura". Y de paso critican al gobierno de turno por incapaz...
"Chombo" hace cualquier actividad. Desde manejar barco y llevar turistas alrededor de la isla, surtir de pescado a barcos extranjeros, hasta manejar el pickup que me llevó al antiguo sitio donde los norteamericanos, tenían instrumentos de radar.
Allí en el alto cerro de Taboga, se esforzaba Muñoz por ser un buen guía turístico. Señalaba a lo lejos sitios conocidos de la capital y sus alrededores.
Por él me enteré que ya se acabó el problema del agua. Ahora convierten el agua del mar en potable, y dice que sabe mejor que la de antes.
También pudieron una nueva planta eléctrica. Disminuyeron los engorrosos apagones que le hacían la vida imposible a lugareños y turistas.
Al hablar de los problemas actuales de la isla, "Chombo" señaló que se ha debido reparar hace tiempo el muelle flotante que se hundió hace un año.
Además hay que rebajar el precio que cobran las lanchas. Debo decir que ahora hay unas tres empresas que llevan gente a Taboga.
Sin embargo, la isla muestra numerosos terrenos y casas abandonadas que dan un ambiente de tristeza. En contraste, hermosas residencias han sido construidas en los últimos años. Varias de ellas ganaron premios por mejor arquitectura.
Parece que las autoridades del medio ambiente controlan y evitan la contaminación en la bella isla.
Escribo estos viajes de "turista interno", porque al menos al estudiante graduando de Periodismo en Chiriquí, Amed Caballero, le gusta leerlo. Me dijo que así conoce mejor su patria...