Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos al inicio de semana, hoy en un lunes de paz y tranquilidad en el cuerpo técnico de la tropa metropolitana y de angustias y de remordimientos en el equipo del Valle de la Luna.
Hoy, cuando la serie final está por comenzar, sería bueno repasar algunas cositas interesantes que se han dado en la serie de dos grupos, uno contra uno, la cual ha dejado algunas lagunas en nuestra pelota.
¡LA NUEVA ZONA WEVER!
El árbitro jefe del primer partido entre Bocas y Veraguas en el Omar Torrijos impuso una nueva moda en la zona de los ponches. Wever no cantó lanzamientos que partieron el pentágono en dos y dejó dudas de su profesionalismo.
Lo que canta el árbitro es regla, pero el metro que usó Wever Jr., estaba totalmente torcido. El árbitro inventó su propia zona. La F-Zone. (La zona fea).
¿Y EL HIMNO?
Vergonzoso, simplemente dio pena y tristeza. Las notas musicales del Himno Nacional que se entonaron en el partido Veraguas vs Bocas del pasado sábado se emitieron con una pobre calidad de sonido y, en ocasiones, se cortaba el ritmo.
Lo mejor era suspender o parar el audio interno y dejar que la afición entonara el Himno Nacional. Ojalá no se repita un incidente como este en el futuro.
¿Y JUAN PRINGLE?
Lo que hizo Pringle, de dejar el cargo, fue lo mejor que pudo haber hecho. Alberto Macré, como mánager de experiencia, no se debió prestar para este jueguito sucio de la Liga Provincial de Chiriquí.
Pringle no dejó que la liga siguiera con lo que podemos llamar un irrespeto y querer ponerle a Macré, cuando el mánager desde el primer campanazo fue Pringle. Bien para Carlos Heron, Fabio Saldaña y Adiel Palma que se hundieron con su barco y su capitán.
¡Viva el béisbol!