El mismo olor característico del "guarapo" que le hace el agua la boca a los visitantes de la fábrica de miel artesanal Eviday S.A., en Las Jaguas de Sábana Grande de Los Santos, está cautivando a los españoles, del otro lado del charco.
Desde mayo de 2009, dos contenedores de 20 pies con 1,600 cajas de 12 unidades por bulto se han exportado a España. El despertar de este mercado en Europa ha incrementando la mano de obra en el lugar. A nivel local esta miel sólo se consigue en los supermercados Riba Smith, donde tiene un precio al consumidor de $1.85.
El comienzo no fue fácil, pero la perseverancia de Edgardo Burgos y de su esposa Dayra Murillo, los llevó por el camino del éxito. Pero esta historia no termina aquí, esta pareja está en busca de nuevos mercados para "Melosa", por lo que ya han enviado muestras a Estados Unidos, y tienen pensado enviar a las ciudades de Puerto Rico, Nueva York y Canadá.
También tienen dentro de sus planes a mediano plazo el de ampliar sus infraestructuras porque ya se están quedando chicos, además buscan ampliar su oferta exportable con una inversión $350 mil sacando al mercado internacional otros productos, "siropes saborizados a base de miel de caña" para lo cual se encuentran estudiando los sabores: piña, tamarindo, gengibre y limón.
En el caso de la miel, este año tienen pensado exportar entre 3 y 4 contenedores, de los cuales el primero de ellos piensan enviarlo este mes de febrero. El año pasado para su demanda compraron mensualmente a 10 productores del área unos 80 tanques de 55 galones, más su producción.
Poco a poco han ido adecuando sus instalaciones sin perder la esencia de lo que era una molienda, aunque ya no cuentan con el denominado "trapiche", hay muchos pasos que evocan la forma en la que tradicionalmente se saca la miel de caña.
YA NO HAY EXCEDENTE DE CAÑA
Con la apertura de esta planta y la ardua labor de los productores del área para vender su miel de caña, ya no hay excendentes en este sector lo que se traduce no sólo en plazas de empleos familiares, porque aquí trabajan los esposos y los hijos, sino también en que ya no se hace la popular y prohibida bebida "chirrisco", que en algunos casos ha traído desgracias y separaciones en las familias panameñas.
La familia Burgos Murillo aunque tienen su propio sembradío de 5 hectáreas de caña, también compran. Le pagan a los productores entre $100 y $125 por un tanque de 55 galones, dependiendo si lo tienen que ir a buscar o si lo traen y claro sin han cumplido con los parámetros establecidos para la exportación de este producto, para lo cual ya les han brindado capacitación y prácticamente han hecho una estandarización para sacar un sólo producto. En cada molienda participan entre 10 a 15 personas, dependiendo de la necesidad.
Luego de moler la caña, se calienta para limpiarla en unas tinas que en su conjunto están por encima de una hornilla que es amigable con el ambiente porque utiliza gabazo (residuo de la caña luego de ser molida). Esta hornilla fue traída de Colombia.
Aquí es donde viene el reproceso para unificar la miel, que mediante la tecnología se mejora la calidad del producto. En el 2007, Burgos junto a su familia se beneficiaron con un aporte de $133 mil que les otorgó la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), tras participar en la convocatoria para proyectos de interés a conglomerados de innovación empresarial. Esta familia aportó otros $67 mil para poner a andar el negocio y totalizar la suma de $200 mil.
Dayra Murillo, quien también es vicepresidenta nacional de la Red de Agroindustria Rural "Redar Panamá", manifestó que dentro de los logros que han obtenido están el registro de la marca Melosa en España por 10 años y la certificación de la planta.